top of page
  • Facebook
  • Instagram

FILIPPO, 7 años, desde que nació estuvo en el refugio de animales local y allí se volvió salvaje porque apenas tenía atención humana. No conoce los paseos, ni los deliciosos olores del bosque o del campo, ni una mano que acaricia. Simplemente nada, nada en absoluto. Durante los primeros tres días permaneció en la cabaña y apenas comió. Pero ahora se ha descongelado, corre bien en el grupo mixto y disfruta de nuestra amplia zona de ejercicio. Camina cerca de nosotros pero todavía no podemos tocarlo. Así que practicamos lentamente con él y pasamos tiempo cerca de él.
 

bottom of page