Chispa no tiene mucha suerte, pero a pesar de su desalineación congénita de sus patas delanteras, ahora se ha convertido en una podenca de mente abierta. Llegó a nosotros en la primavera de 2024 junto con otros 5 podencos de un cazador. Mientras que algunos lamentablemente ya estaban más cerca de la muerte que de la vida, ella tiene que vivir con las consecuencias de un defecto genético, probablemente debido a la endogamia. A pesar de que era muy tímida y ansiosa, la llevamos a un médico experto por su pierna rígida. Finalmente, descartamos una cirugía mayor con sus cuidados posteriores extremadamente difíciles porque había una probabilidad del 50:50 de que la cirugía mejorara su calidad de vida y nos dijeron que de esta manera no sentiría dolor. La dulce Podenca de ojos color marrón leonado ahora se acerca más a menudo, muestra curiosidad y se rodea más de los otros perros.